Azuay se ha caracterizado siempre por ser una provincia en la que sus habitantes festejan con entusiasmo sus tradiciones. Las celebraciones de fin de año no son la excepción y en nuestro blog, te invitamos a descubrir el humor y la creatividad con los que los azuayos reciben la llegado de un nuevo año.
CONCURSOS

En Cuenca y otros cantones, lo más destacado de esta celebración, es el “Concurso de Años Viejos” que cada 31 de diciembre es organizado por distintas asociaciones (en el caso de Cuenca, por Amistad Club y la Unión de Periodistas del Azuay). Para esta colorida competencia, los habitantes de diferentes barrios se esmeran en la elaboración de escenarios en los que se representa con monigotes y escenas muy jocosas, lo más destacado del año que termina. Generalmente, la ironía predomina con temas alusivos a políticos o escándalos públicos.
En los concursos están presentes siempre los más característicos elementos de las fiestas azuayas: pirotecnia, comida y bebida típicas y en algunos casos, bandas de pueblo que interpretan canciones populares. La música y la algarabía se apoderan de todos quienes visitan los escenarios, los mismos que son escrutados por los jueces que al día siguiente, dictaminarán los resultados con los ganadores.
TRADICIONES

Pero la creatividad de los azuayos en esta fecha, no se limita únicamente al concurso, pues cada familia se encarga de preparar con afán su monigote para quemarlo a media noche. El mismo, puede representar a un miembro del hogar o bien a un personaje destacado del año que termina. Lo importante, es el humor que se le ponga a la situación, y por eso una de las costumbres más importantes, es la redacción del infaltable “testamento” en el que se detalla todos los bienes que el “año viejo” deja a cada uno de los presentes.
También son parte importante de la tradición las “viudas”, las mismas que son hombres disfrazados de mujeres que representan a las “esposas” del año que muere. Es común verlas en las calles de los barrios, pidiendo a los transeúntes una colaboración económica para el “viejito” que está a punto de fallecer.
Algunas comunidades en la zona rural, incorporan a esta celebración rituales indígenas como ofrendas a la Pachamama en agradecimiento por todo lo recibido en el año. La comida y la bebida son siempre abundantes, destacándose platos como el cuy asado o el cerdo horneado (hornado).
HISTORIA

Se conoce que el origen de la tradición de los años viejos en el país se remonta al año 1895, cuando una epidemia de fiebre amarilla azotó a la ciudad de Guayaquil. Como medida sanitaria, las habitantes de la ciudad quemaron atados de paja y ramas envueltos con las ropas de sus seres queridos fallecidos. Lo hicieron la noche de fin de año como una forma de ahuyentar la peste y la desesperanza, dejar atrás el pasado y dar la bienvenida a lo nuevo.
¡Te invitamos a recorrer el Azuay para descubrir sus coloridas tradiciones y ser parte de la alegría con la que sus habitantes celebran las fiestas más tradicionales!