A 15 minutos del centro cantonal de Pucará, se encuentra la comunidad de Quinuas, lugar en el cual los visitantes se sorprenden al descubrir una serie de colosales rocas, como lo son la “Piedra Ataúd”, la “Piedra del Inca” o la “Piedra Bola”. Esta última, de acuerdo a versiones locales, llegó rodando misterioamente hasta allí, razón por la cual fue atrancada por los habitantes que temían ser aplastados por ella. Se dice también que en esta gran roca, los viajeros se refugiaban para guarecerse de la lluvia y los vientos del páramo. 

La tradición señala que en el sitio habitaban los incas y que ellos trabajaron en las rocas, por lo que estas formaciones son parte de su historia y constituyen un importante testimonio de sus ancestros.